Javier D. Bazaga

NOTAS AL PIE

Javier D. Bazaga


Más colaboración

27/11/2020

Si algo están demostrando estos meses convulsos es que las cosas se arreglan cuando más colaboración se pone en ellas. De todo tipo. Un ejemplo muy claro lo estamos viendo en los avances de la vacuna, o las vacunas, frente a la Covid-19. La colaboración de la industria farmacéutica y el sector científico están haciendo que esa cura pueda estar lista en un tiempo récord, cuando lo normal en cualquier desarrollo farmacéutico es tener que esperar años para tener una solución eficaz.
De ahí vendrá la salida de la crisis sanitaria, al igual que la salida de la crisis económica -y con ella la social-, tendrá que venir en buena medida de la llegada de los fondos de recuperación europeos Next Generation EU. Son varias las personas que me han trasladado en los últimos días que España puede estar perfectamente preparada para asumir esos fondos de reconstrucción, con los requisitos que exige la propia Unión Europea, como la de invertir los recursos en proyectos que apuesten por verdaderas transformaciones estructurales del modelo económico y productivo nacional, para lograr una mayor digitalización, sostenibilidad, cohesión e igualdad.
Pero también me han dicho que para canalizar esos recursos y aprovechar todo el potencial que traen consigo no lo podrá hacer ni el Gobierno solo, ni la empresa sola. Hace falta una colaboración extrema, como nunca se ha dado, al igual que esta crisis, para poder llevar ese proyecto de reconstrucción a buen término, pero de verdad, sin fugas económicas ni rémoras de infraestructura de las que ya tenemos experiencia. Una colaboración público-privada leal, efectiva y eficiente que nos permita no solo atraer el mayor número de recursos, sino exprimirlos para dejar sentadas la bases de una recuperación robusta. Necesitamos lo público para atraer esos fondos, con iniciativa y liderazgo. Y necesitamos lo privado, a la empresa, para canalizarlos. Con su experiencia, conocimiento y herramientas que permiten dar las soluciones adaptadas a cada sector, a cada ámbito de trabajo. Don ellas las que llevan años innovando, explorando nuevos nichos de mercado, y avanzando hacia una modernización de la economía mucho antes de que llegara la pandemia.
Ahora bien, cuando hablamos de innovación y digitalización en la empresa, tendemos a pensar en las grandes compañías del IBEX. Esas empresas potentes que, efectivamente, son las que muchas veces indican el estado de la economía. Pero la gran cantidad de pequeñas y medianas empresas del país, donde está el grueso del empleo, también tiran del carro económico. Y nos equivocaríamos si esos recursos que estamos esperando como el maná no llegara a esos talleres, esas tiendas de barrio, esos establecimientos hosteleros, y un sinfín de pequeños negocios que, nos guste o no, son también nuestra seña de identidad. Precisamente a ellas les debería llegar también esta lluvia de millones, porque ellas sí que están por todo el territorio nacional, conviven con sus vecinos, y generan empleo en los lugares más despoblados. Porque ellas no se modernizan no porque no quieran, sino porque no pueden, bien por falta de recursos bien por escasez de infraestructuras de comunicación, física o digital. Para que llegue a ellas, también se necesita más colaboración. Para que ganen tamaño, para que ganen competitividad, para que ellas también sigan dinamizando la economía y generando puestos de trabajo.