Elena Serrallé

Elena Serrallé


Gracias infinitas

28/12/2022

Y otra vuelta al sol, y otra vez final de año y otros doce meses en la mochila de la vida, tan fugaces, tan veloces, tan intensos. Otra llegada a la cumbre en la que, por inercia, giras y echas la vista atrás observando delante de tus ojos ese aluvión de fotografías, de momentos, de experiencias, de luces y de sombras, de risas con dolor de mandíbula y de lágrimas curativas.
Es el turno de la nostalgia y el nudo en la garganta, ese que impide tragar, también es el turno del balance y las cuentas por hacer, del recuento de las satisfacciones y del aprendizaje. Del arrepentimiento sólo anoto lo que no prioricé y el tiempo mal invertido, también lo que dejé de hacer por no defraudar, defraudándome a mí misma.
Pero, por encima de todas las cosas, es época de agradecer. A veces olvido agradecer a las personas que tengo cerca su aportación a mis días, haciéndola más luminosa, más divertida, más rica y más apasionante. Me olvido de agradecer su apoyo incondicional, su fe ciega en mí, sus impulsos, sus críticas constructivas, su buenhacer. Cuento con gente muy generosa en mi entorno, gente que me regala su tiempo, su energía, su vitalidad, sus ganas y entusiasmo. Gracias a todos ellos. 
Gracias con mayúsculas a mis lectores, ¡si supiérais lo importante que sois para mí!, ¡si fuérais conscientes de la felicidad que me regaláis parándoos cada miércoles a leer mi montón de palabras! Gracias a La Tribuna por permitirme este rincón y gracias a Javier, su director, por este regalo.
Decía William Arthur Ward que «sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo».
Gracias infinitas.