Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


Mociones o reforma electoral

22/03/2021

Terremoto de mociones de censura. A Murcia le cabe el «mérito» de ser el epicentro, aunque las réplicas no se hicieron esperar. Desmienten la falacia de gobernar a base de diálogo y consensos. Si no sabes dialogar con los de tu propio partido, ¿cómo vas a dialogar con tu rival político? Apremian la aprobación de una nueva ley electoral que permita la gobernabilidad del país y la propia democracia.
Cuatro son los ingredientes de una ley electoral útil. 
Primero, hacer coincidir las circunscripciones electorales con el ámbito territorial de la consulta. España para las elecciones nacionales; Castilla-La Mancha para las regionales; Albacete para las municipales. 
Segundo, que todos los votos valgan lo mismo. Si un partido consigue el 25% de los votos «efectivos», tendrá derecho al 25% de los escaños (no cuentan los votos a partidos que no llegan al mínimo exigido).
Tercero, al partido que consiga más del 40% de los votos se le regalarán los escaños que precisa para poder gobernar. 
Cuarto, si ningún partido llega al 40% de los votos, se convocará una segunda vuelta entre los dos partidos más votados. El resto, una vez que conoce su peso político, pactará con quien prefiera. 
Una reforma electoral de esta guisa es la mejor manera de defender la democracia de las urnas frente a las mociones y de asegurar gobiernos eficientes y responsables. Cuatro años después, el electorado valorará lo que el Gobierno ha hecho o dejado de hacer, sin que valga la excusa «mis socios me impidieron gobernar». Hemos de esperar la oposición de los partidos nacionalistas, hoy sobrerrepresentados. Afortunadamente estos grupos carecen de fuerza para frenar una ley orgánica necesaria para la democracia y la supervivencia del Estado.