Domingo Henares

Domingo Henares


Los ausentes

31/01/2021

Cuando los ministros quieren darse cuenta, después de su nombramiento, de la mutación que se produce en la propia personalidad, ya no hay remedio. Porque en ese preciso instante dejan de pertenecer a este mundo para instalarse en una realidad virtual, en una existencia prestada y cada día que pasa venida a menos. A expensas del dedo índice que los señala. Inocentes al fin de sus errores, aunque partícipes, pues son causantes voluntarios de cuantos males padece la nación en pleno que los soporta durante su mandato azaroso, bien remunerado, pero sin estímulo necesario para hacerlos medianamente felices. Y, como no están conformes con su nuevo destino, se desentienden del porvenir acordado en su nombramiento, y todos llegan a quedarse, al día siguiente, como ausentes del proyecto que tanto pesaba en su cartera ministerial cuando la estrenaron.
Y no hay otra solución válida que no consista en crear una apariencia de realidad social (inexistente) a base de leyes, reales decretos, consejos de ministros, reuniones de departamentos, órdenes y circulares, todo un mundo entramado a imagen y semejanza del que manda. Para que vivan cómodos los políticos gobernantes que, de otro modo, estarían muy lejos de nuestras vidas. Valga de ejemplo el baile ministerial del inexperto Illa y del ya veremos Iceta. Jugada de naipes agazapados entre los dedos tahúres de quien juega la partida.
Cuando seáis mayores, niños de ahora, sabréis que la realidad social en la que vivimos no la cambian las leyes de unos cuantos ministros recién llegados a la fiesta. Tan solo, para bien o para mal, la interpretan.