A pesar de la pandemia, la vida se abre paso. Cada día nacen en España un millar de españoles, más o menos, lo cual, en estos tiempos de tragedia y enfermedad es todo un logro. Y es que estos bebés vienen al mundo en un momento muy duro, por lo que estas cifras son la mejor noticia que podemos contar en los medios de comunicación. Los nuevos españolitos se encuentran con un país -como sucede en el resto del planeta- que poco tiene que ver con lo que era hasta hace un año. Ahora, la vara de medir de la felicidad ha cambiado sus parámetros. Y lo que servía hasta enero o febrero de 2020 ya no vale para el momento actual. Pero los niños que han llegado a nuestras vidas en esta época se merecen un sobreesfuerzo por parte de todos para que disfruten de la mismas cosas que nosotros. De los encuentros familiares, de las salidas con los amigos, de los abrazos y besos de sus mayores, de un viaje aquí o allá, de un paseo o práctica deportiva sin temor alguno, de un trabajo en una oficina o donde corresponda o de una tarde de cine y palomitas. Y no hay excusas. Y debemos dejarnos de estupideces. Si hay medidas que cumplir, pues a cumplirlas. Si hay vacunas, a vacunarse. No queda otra. De otra manera, seremos injustos y egoistas con quienes han venido a completar nuestras vidas después de haber perdido a tanta gente a nuestro alrededor. «De vez en cuando la vida / Nos besa en la boca / Y a colores se despliega como un atlas / Nos pasea por las calles en volandas / Y los sentidos en buenas manos». La canción es de Serrat, y me viene que ni pintada para darle la bienvenida a Lola en un momento de cambios, grandes cambios. Cuídense.