Julia Navarro

ESCAÑO CERO

Julia Navarro

Periodista y escritora


La cita del 8

08/03/2023

Hay quienes se lamentan que el movimiento feminista se haya partido en dos. Y sí, se ha partido en dos, o acaso en más pedazos porque hay diferencias importantes entre las feministas que ocupan el Ministerio de Igualdad y sus muchas seguidoras, que tenerlas las tienen, y otros sectores del feminismo cuyas filas están igualmente bien nutridas. Pero la verdad es que no creo que estas divisiones haya que contemplarlas con ningún dramatismo, todo lo contrario. El feminismo no es uniforme, no es un corsé, y cuanto más se debata, mejor.

Pero si me preguntarán de quién estoy más cerca, la respuesta es que de Victoria Valcárcel, Ángeles Álvarez, Alicia Miyares, Laura Freixas, Juana Serna, Lidia Falcón... ellas han sido mis referentes. Pero, no obstante, me parece importante escuchar a las nuevas feministas, a las jóvenes que tienen otra idea del feminismo y encabezan esta llamada cuarta ola. Lo que me separa de ellas es su fundamentalismo, su incapacidad para debatir y que sus argumentos no pasen de descalificar y mandar a los infiernos a quienes no las secundan. En definitiva, pretenden imponer su pensamiento, su visión del feminismo, por las buenas o por las malas.

Amén del "fondo" del debate, en buena parte se debe a algunas de las leyes que han emanado de las líderes de esta cuarta ola, reduciendo ser mujer a una cuestión de voluntad. Leyes que han emanado del ministerio de Igualdad y que en realidad borran a las mujeres, a las que pasan a definir como seres gestantes o menstruantes, lo que en mi opinión es un auténtico disparate. Leyes que pueden provocar una enorme confusión en niños y adolescentes, a los que se les viene a decir que la biología es una cuestión menor y que ser hombre o mujer es solo una decisión. Leyes que, en mi opinión, terminarán teniendo efectos indeseados, y si no al tiempo.

Sí, son profundas las diferencias entre las feministas porque esas diferencias no son sobre asuntos menores sino que afectan directamente a la condición de las mujeres.

Hay que ser muy valiente como lo han sido Amelia Valcárcel, Miyares, Freixas y otras, plantando cara a las líderes, ministras incluidas, de la cuarta ola. Y venimos asistiendo al espectáculo grotesco y chusco de que algunas de las feministas de la cuarta ola insulten y descalifiquen, tildando de reaccionarias a Valcárcel y las otras feministas antes mencionadas. Me temo que muchas de las jóvenes de la cuarta ola padecen del mal del "adanismo". es decir creen que el feminismo ha emergido con ellas despreciando a todas las mujeres que las han precedido.

Pero volviendo a este 8 de marzo haré la misma declaración de principios que vengo repitiendo desde hace años: no se puede ser demócrata si no se es feminista. Así de simple y así de claro. Y no se puede ser demócrata si no se es feminista porque no es admisible que la mitad de la población mundial, es decir las niñas y las mujeres, en tantos y tantos países no tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades que los hombres.

Por tanto el feminismo es una cuestión de democracia. Y en segundo lugar lo esencial, en mi opinión, sigue siendo la lucha por la igualdad plena y acabar con todas las discriminaciones que han sufrido las mujeres por el mero hecho de serlo.

Por ejemplo, miremos hacia Irán donde "misteriosamente" hay decenas de niñas envenenadas por acudir a la escuela, o donde otras muchas mujeres están siendo detenidas, torturadas y asesinadas por defender su derecho a no llevar velo.

También podemos volver la mirada a Afganistán donde las mujeres han vuelto a ser encerradas en los burkas. Y así podríamos continuar por otros muchos países. Porque no se trata solo de que en Occidente sigamos luchando por seguir aumentando los márgenes de igualdad, sino que la lucha tiene que ser global, y mientras haya una sola mujer en el mundo que no tenga los mismos derechos que un hombre por el hecho de ser mujer, habrá que seguir enarbolando la bandera feminista.

Y como hasta el siglo XX la Historia la escribieron los hombres, obviando la presencia de las mujeres, nuestro Gobierno podría empezar, en vez de por hacer declaraciones demagógicas, por revisar todos los libros de texto donde es escandalosa la ausencia de mujeres cuyas aportaciones en el campo de la Ciencia, la Literatura, la Filosofía, el Arte, etc, han sido trascendentales para el desarrollo de la sociedad.

Esa sí, sería una buena noticia en el día de la Mujer, que los libros de texto lleven a sus páginas a tantas mujeres a las que no se las ha tenido en cuenta a la hora de escribir la Historia. Hasta ahora hemos conocido una Historia de parte, ahora se trata de conocer una Historia con las dos partes, ellos y nosotras. Creo que hay que "desempolvar" la Historia y rescatar del ostracismo a mujeres extraordinarias.

Que los escolares sepan que quien resolvió el primer problema isoperimétrico fue la reino Dido de Cartago o a que a quienes gustan de mirar las estrellas sepan que Lucretia Herschel descubrió un cometa entre la Osa Mayor y Berenice allá por el siglo XVIII o que se enteren que el famoso cometa Halley en realidad lo descubrió una mujer Nicole Reine Lepaute. O que las bases para las computadoras se deben al inmenso talento de Ada Lovelace, o que una de las más afamadas y bellas actrices de Hollywood, Hedy Lamar fue la inventora de lo que hoy conocemos como wifi... Historias apasionantes protagonizadas por mujeres de una inteligencia y talento excepcional.

Pero me temo que a algunos políticos la mollera no les da para tanto y que, en vez de resolver problemas, los crean.