Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Tan tremendo como real

07/07/2020

Bienvenidos a la tercera guerra mundial. Pero, a diferencia de las dos anteriores, en esta perdemos todos. Solo gana el virus. Ello nos sitúa en el peor de los escenarios. Tres meses de parón nos van a sumir en largos años de ruina, desesperación y hambruna. Eso retrata que la presunta bonanza que disfrutábamos en los últimos años era de cartón piedra. La realidad es que tras superar la crisis financiera del 2008 -que obligó a más de medio país a mutar en autónomos- la economía española vivía al día. Con la gran mayoría de trabajadores ganando lo justo para llegar a final de mes. Sin margen para el ahorro. Ni para soñar con un futuro mejor. Por eso aquí vamos a sufrir más. Es lo que tiene haber confiado nuestra realidad económica al turismo y poco más. Sin industria, ni ganas de reactivarla. ¿Para qué? Con el pastizal que se dejaban por aquí los turistas teníamos para ir tirando todo el año. En esta carrera frenética en busca de la recuperación, en la que estamos compitiendo con los países más poderosos, salimos los últimos. Cuando lleguemos a la meta ya se nos habrá hecho de noche. Frente a este desastre solo caben dos posibles actitudes. La de los valientes frente a la de los llorones. Y solo van a sobrevivir los primeros. Los que se lamentan, en vez de buscar soluciones, se irán extinguiendo profesional y socialmente ante los ojos de todos. Esto es darwinismo puro, llevado hasta el extremo liberal más salvaje. Los que saldrán adelante serán los que sepan encontrar oportunidades en el bofetón. Los que ya se han dado cuenta de que su mañana depende, ahora más que nunca, de sí mismos. Los que piensan que serán los políticos -inválidos y cobardes- los que les van a sacar las castañas del fuego deberán de apartarse, dejando pista libre a los que ya están trabajando duro, fuerte y sin tregua para salir de esta crisis cuanto antes. Tan tremendo como real.