Sonsoles Arnao

Tiempos de swing

Sonsoles Arnao


Los monstruos de Europa

01/02/2021

Será que se está haciendo largo el paso por los claroscuros sobre los que nos advertía Antonio Gramsci. Esos en los que surgen los monstruos mientras lo viejo tarda en morir y lo nuevo en nacer. O definitivamente, el mundo está en descomposición y se va a la mierda. El capitalismo quedó refundado y bien refundado hace una década y ahora parece que camina a su enésima reconstrucción mediante la gestión de la pandemia. A costa de nuestra salud y la profunda crisis económica y social que se nos viene.  Quizá de una vez por todas caigamos del guindo, abramos los ojos y asumamos el espejismo de la Unión Europea como comunidad política, institución democrática, moderna, avanzada y baluarte de los derechos humanos. Sí, ya sé que ahí fuera tampoco se está mejor. Pero asumamos críticamente esta descomposición. El viejo sueño europeo no ha respetado ni la decencia en la gestión de la peor crisis en términos sanitarios y sociales tras su constitución. Estamos como para dar lecciones al mundo. 
Dos ejemplos son suficientes. Uno, la última genuflexión, contrato oscurantista mediante, además incumplido por la empresa AstraZeneca, de toda una institución que rige los designios económicos y políticos de 500 millones de personas, ante la industria farmacéutica. Y otro, el rescate del gran capital mediante el ‘Pacto de Recuperación’ para la UE con esos 750.000 millones de euros. El llamado Next Generation UE con una buena operación de marketing con eso de la transición energética, la digitalización, la colaboración público-privada y la resiliencia; supondrá la mayor privatización de recursos públicos para las grandes corporaciones empresariales. En nuestro país, 140.000 millones de euros que lejos de solventar la sangría económica y laboral de lo destruido (el 99% de la empresa quebrada es PYME), volverá a engrasar el motor del IBEX35. Y por supuesto, impondrá condiciones en la reforma laboral y las pensiones. Un Pacto que, aunque nos lo presentan como una re-vuelta keynesiana que ha roto la doctrina contra el déficit y la emisión de deuda pública (esa que era imposible de subvertir en tiempos de crisis económica) se vislumbra como la gasolina para que el sistema de beneficio y negocio actual siga su curso. Una oportunidad perdida para ese tiempo nuevo porvenir. Un reparto de fondos europeos que la emergencia, el aislamiento y admitámoslo, con la izquierda política gobernando, vamos a digerir sin análisis, debate ni alternativas.
La cruda realidad del libre mercado, que ni es mercado ni es libre, y la de una Unión Europea encorsetada como una plataforma al servicio de los grandes poderes económicos. Gobernada por un club de manijeros que tienen que tachar las vergüenzas en sus contratos con quien trafica con las vacunas prometidas a Europa después de haber recibido un buen puñado de millones de dinero público para desarrollarlas. Luego nos extrañamos y nos echamos las manos a la cabeza cuando vemos crecer a la ultraderecha antieuropea, las voces euroescépticas o los asaltos de Parlamentos bajo la bandera del antiglobalismo. La verdad es que el nuevo mundo está tardando en aparecer. Quizá en tiempos de Gramsci, el tránsito de la oscuridad a la luz era más nítido. Ahora, una no sabe si atraviesa lo viejo, lo nuevo o el claroscuro. Aquí solo se ven monstruos.