Paco Mora

Paco Mora


¿Quién me compra un lío?

14/05/2022

¿Si el CNI es un instrumento creado para garantizar la seguridad del Estado, por qué se cesa a quien cumple con su cometido tratando de conocer los movimientos de aquellos que tratan de poner en peligro la estabilidad del país? Parece a todas luces incomprensible. Espiar los movimientos de los enemigos del Estado desde el organismo creado para el caso no es un delito que merezca la destitución de la responsable del mismo. O al menos no lo era hasta que llego al poder el señor Sánchez. Aunque de continuar el citado señor en el poder se puede hacer realidad aquella frase quijotesca que decía: «Cosas veredes, Sancho amigo». 
Porque si se airea que el CNI ha descubierto que el huido Puigdemont estaba en connivencia con Putin a través de un espía ad hoc para recibir ayuda económica, armas y soldados que le ayudaran a materializar el acto de independizar Cataluña del Estado español, y se cesa a la responsable del órgano que lo descubre es algo así como el chiste de Jaimito: «Mi hermana me ha pegado, para que se joda no como».
No contentos los independentistas catalanes con el cese de la citada señora del CNI, y en vista de que la operación les ha salido de dulce, ahora exigen también la cabeza de la ministra del Interior, Margarita Robles. Si siguen así, y don Pedro continúa cediendo a sus exigencias pronto pedirán un vale para comprar gratis en El Corte Inglés, un abono para las corridas de toros del San Isidro madrileño y unas vacaciones pagadas en Marbella.
 La verdad es que los jugueteos de nuestros políticos podrían ser divertidos si no fuera porque con sus extravagancias comienzan a poner en peligro la seriedad y, lo que es más grave, la estabilidad del Estado.