De un tiempo a esta parte, afortunadamente, han crecido sobremanera los grupos en redes sociales que se dedican a intercambiar fotografías, vídeos y textos que nos devuelven al presente en forma de post el pasado reciente, tanto de nuestra ciudad como de nuestra provincia. Y miren, para los descreídos como el que les escribe es un alivio. Sí, porque esos grupos suponen un regalo para quienes quieren conocer nuestra historia, episodios pretéritos que con una fotografía o unos fotogramas suponen una verdadera lección, enriquecida además por los comentarios de un sinfín de ciudadanos que aportan sus particulares experiencias, conocimientos, sentimientos... Ya saben, la vida misma. 
Y digo que soy algo descreído tras ver durante años que muchos convertían las redes sociales en una especie de patio de vecinos, eso sí, de los criticones. De los que se atreven, a lanzar diatribas contra el del cuarto piso o contra el del ático, con insultos incluidos, pero sin dar la jeta. 
Sería injusto referirme a uno de estos grupos, los hay de todo tipo, pero son bastante interesantes, con ciudadanos que, a titulo particular, y sin beneficio, dedican su tiempo, que es oro, seguro, a recoger noticias de décadas atrás, a recuperar imágenes -incluso, coloreándolas-, o a rescatar documentos de videotecas perdidas. Una gozada. Son los archivos de andar por casa, a golpe de clic, y sin pagar un euro. ¡Qué más se puede pedir! Pues ya saben, anímense. Y si la curiosidad, que no siempre mató al gato, va en aumento, visiten cualquiera de nuestros archivos -Municipal, IEA, Provincial-, eso sí, con seguridad.