Paco Mora

Paco Mora


Seguimos para bingo

11/12/2021

La última encuesta electoral hecha pública da como resultado que el PP y el PSOE continúan sin mayoría que les permita gobernar por sí solos. Lo que significa que España seguirá siendo víctima de una miscelánea de partidos, partidillos y partidetes que en poco o nada se parecen unos a otros en cuanto a sus fines y propósitos, si nos atenemos a sus programas. Y así nos luce el pelo a los españoles, con gobiernos pactados con formaciones independentistas, filoetarras y otras hierbas y matojos de difícil catalogación.
En una de las conversaciones que tuve con Santiago Carrillo, con manteles de por medio en un reservado del Parrillón, restaurante ubicado en la madrileña calle de Santa Engracia, muy cerca de la casa que fue vivienda familiar de Largo Caballero, el líder comunista me dijo un día que el PSOE y el PC actuales se parecían a sus homónimos del 36 «como un huevo a una castaña». Y es natural; tampoco la España que él dejo atrás, para escapar a la venganza de «los nacionales», y la que se encontró a su regreso, en el comienzo de la democracia parlamentaria que sucedió a la dictadura franquista, era la misma.
Carrillo se exilió, huyendo de una realidad en la que la mitad estuvo a punto de perecer víctima de la otra media y se había encontrado a su vuelta con una España ilusionada en un imparable proceso de democratización en el que los extremos habían sabido hacer borrón y cuenta nueva, abriendo un período en el que todas las partes contendientes en aquel desastroso pasado estaban dispuestas a darse la mano y a perdonarse unos a otros los errores cometidos. 
Parece mentira que la mal llamada clase política actual, compuesta por logreros y ambiciosos, tal parece que pretenda conducirnos, una vez más, al enfrentamiento repitiendo una historia que solo trajo a este desgraciado país muerte, destrucción, odio y miseria.