Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


18 de julio

15/07/2021

Estamos en vísperas de un nuevo 18 de julio, será el próximo domingo en una fecha que, dada la tensa y crispante situación política, volverá a tener significaciones que a estas alturas deberían estar superadas tras más de cuarenta años de democracia. Pero ya ven que no es así. Es evidente que en este país el calendario parece incapaz de cerrarse y las páginas del pasado, como  las manecillas del reloj, caminan en sentido contrario a un futuro que para algunos parecía ya alcanzado y ahora se nos escapa de las manos. El tiempo siempre se escurre de nuestras manos, pero aquí, en esta España nuestra del siglo XXI, lo hace de la manera más lamentable e interesada que podría esperarse.
Hace apenas unos días, y en sede parlamentaria, el prestigioso historiador Pablo Casado se refería a aquel 18 de julio de 1936 con una simplista y torticera nueva versión de lo ocurrido en dicha fecha cuando un golpe de estado militar encendió las llamas de la guerra civil que asolaría el país durante tres largos años y puso las bases para sostener una dictadura durante otros cuarenta. Ni esa Guerra Civil ni la dictadura de ella nacida, hemos sabido superarlas; sobre todo porque una importante parte de la sociedad española de hoy es incapaz de rechazar aquel momento histórico y renunciar a ser los herederos patrimoniales de los vencedores de aquella guerra y del régimen dictatorial surgido de la victoria de las armas. Si la segunda fuerza política parlamentaria nacional (PP) y la tercera (Vox), siguen en su línea de obstaculizar la Memoria Histórica y la exculpación, cuando no la adoración, del franquismo, como viene ocurriendo asiduamente, nunca pasaremos página.