Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


Mayoría de avestruces

23/01/2023

La discusión sobre el aborto vuelve y revuelve. Clara señal que no se ha encontrado una solución adecuada. La semana pasada, sin ir más lejos, levantó ampollas la propuesta de Vox en Castilla-León: las mujeres embarazas podrán solicitar oír el latido del corazón del feto. Los negacionistas de la vida humana arguyeron que ellos solo defienden un derecho de la mujer con amplio respaldo social. Sorprendentemente, esta mayoría rechaza cualquier estudio serio en una mesa donde participen filósofos, científicos y personas con sentido común. Me recuerdan la estrategia del  avestruz. Cuando las avestruces intuyen peligro, cavan un hoyo, esconden allí su cabeza … y desaparece el peligro.
Quienes de verdad buscan una solución humana, y por tanto duradera, han de empezar por abrir los ojos y plantearse tres preguntas básicas. Primera: ¿acepto que la vida es un derecho fundamental del ser humano, anterior, por tanto, a las mayorías sociales y los derechos creados por el Estado? 
Segunda pregunta: ¿Cuándo empieza la vida humana? ¿Estoy dispuesto a someterme al veredicto de los genetistas? Porque, evidentemente, son los científicos, no los políticos, quienes deben responder a esta pregunta. Dudo que en el mundo encontremos a diez genetistas que coincidan en fijar el inicio de la vida humana en un momento diferente al de la concepción. 
Tercera pregunta: Cualquier aborto refleja un drama personal y social. ¿Estoy dispuesto a colaborar en favor de los más débiles (el nasciturus y la embarazada)? En particular, ¿estoy dispuesto a ayudar psicológica y económicamente a las embarazadas y colaborar en la adopción de los bebés no deseados? La verdad  sin caridad no es verdadera, decía Benedicto XVI. 
Un avestruz no soluciona problemas tan delicados. Un ejército de avestruces, tampoco. 

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