Eloy M. Cebrián

Eloy M. Cebrián


'La niebla'

25/09/2020

'La niebla' es el título de una novela corta de terror escrita por Stephen King. Una bruma espesísima se abate sobre una pequeña población. Atrapados en un supermercado, un grupo de vecinos es asediado por los monstruos que habitan en la niebla. El placer de una buena historia de terror consiste en que nos hace experimentar miedo al tiempo que nos sabemos a salvo de los horrores que sufren los protagonistas de la trama. Ahora, en los tiempos del coronavirus, los límites entre la realidad y la ficción se han difuminado y amenazan con desaparecer. Durante el confinamiento, muchos aficionados al género fantástico confesaron que se sentían como los protagonistas de una distopía apocalíptica, tal vez una historia de zombis, pero nadie afirmó disfrutar de que su vida se pareciera de pronto a su género de ficción favorito. El placer se esfuma cuando el peligro se vuelve tangible. Los que nos vemos obligados a usar gafas nos adentramos cada mañana en una historia de Stephen King. Desde el instante en que asomamos la nariz a la calle, el mundo queda envuelto en niebla. Ya no hay edificios ni coches ni peatones, tan solo sombras amenazantes que se agitan en torno a nosotros. El efecto lo produce la combinación de las gafas y la mascarilla, las lentes empañadas por la respiración, como el parabrisas de un coche en una mañana fría. Y nada se puede hacer, salvo respirar hondo y seguir adelante confiando en que la próxima calle que crucemos no sea la última, o en que el ciclista que circula a toda velocidad por la acera, y al que no podremos esquivar, se apiade de nosotros en el último instante. Como meros personajes de ficción, como los protagonistas de una novela de terror, nos hemos convertido en seres patéticos que deambulan a través de la niebla.