Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


El Plantío

21/02/2023

Este domingo parte de mi familia, muy ligada a la más leal afición del Albacete Balompié, organizamos desde Madrid un desplazamiento a Burgos para apoyar a nuestro equipo en un partido cuya épica victoria final, qué pena, se esfumó en el descuento. Mientras esperaba en el portal de casa la llegada de mi hermano, recordé aquellos domingos de mi infancia y primera juventud, donde de la mano de mi padre y hermanos aguardábamos la llegada de mis tíos Emilio y José María para embarcarnos con sus Renault 12 o 8, camino de aquellos campos de «dios y tierra» de la regional murciana para apoyar al Alba. Tiempos de carreteras nacionales de eterna raya continua tras un camión Barreiros, de coches sin cinturones, de esperas ante pasos a nivel, de esos pueblos que atravesábamos, mientras en la radio se oía el carrusel deportivo o el servicio de socorro de Radio Nacional de España. Con destino a sitios tan dispares como Murcia, Elche, Denia, Villena, Lorca, Santa Pola, Totana, Cieza, Elda o Pilar de la Horadada, para apoyar al Albacete de los Juanito, Avilés, Leo, Monroy, Julián Rubio, Calvoecheaga, Bejarano, Ortega, Hernán, Mayoral, y tantos otros que dignificaron la historia del Albacete Balompié. Domingos con olor a linimento en la boca de vestuarios y al humo de aquellos Farias en las viejas gradas, mientras un fulano del pueblo vendía la tira para el premio del jamón y en la megafonía se empezaba a escuchar sones de libertad con las canciones del grupo Jarcha. Domingos del ayer con su punto gastronómico porque siempre había un buen sitio elegido para comer. Allí, a los postres, saludábamos a familias como los Tarruella, Mansilla, Rodriguez Vellando, Cuesta, Reolid Masegosa o a seguidores como Campayo, De la Cruz, Angel Chacón, Basilio Guillén o Victorio el pastelero, aprovechando para comentar el último dato del partido con gacetilleros como Parreño, Botella, Guti, Olime, Fideu o fotógrafos como Moreno, José Luis o Manolo Podio. Este pasado domingo, camino de El Plantío, evocábamos Juan Luis y yo ante mi hijo Diego y nuestro sobrino Jaime, aquel tiempo de rosas a pesar de la nostalgia que hoy nos deja el vacío de los ausentes, pero con la esperanza de que ellos un día cojan el testigo de la pasión por nuestro Albacete Balompié.