Pedro J. García

Pedro J. García


No conduzcan

16/04/2021

No sé si alguna vez jugaron con un niño pequeño a ponerle algún alimento cerca de la boca y, cuando lo va a morder, retirárselo, con el consiguiente bocado al aire del menor que, cuando sufre la gracia varias veces, coge una rabieta. Como ese niño me siento yo con la vacuna contra el Covid-19, que ahora llega, se retrasa, se paraliza por seguridad, con mis bocados al aire convertidos en una espera que desespera. 
Lo peor de esta situación es que tanto vaivén también genera dudas en la sociedad, sobre todo por las noticias en torno a posibles efectos secundarios, principalmente la dichosas trombosis que creen que producen algunas vacunas y que con cifras en las manos, sin demostración científica todavía entre causa y efecto, son alrededor de la decena en millones de vacunados.
Si usted está entre ese colectivo que duda y se plantea vacunarse cuando le corresponda, le diré que lo primero que debe hacer es dejar de conducir o ser pasajero de un vehículo. En 2019, los datos de 2020 están condicionados por el confinamiento, en España fallecieron casi 1.800 personas en accidentes de tráfico, al margen de los miles de heridos. Esa cifra de muertes en carretera es notablemente superior en porcentaje a las posibles trombosis, pero ni se alarma tanto ni se cierran al tráfico las carreteras afectadas para investigar las causas de los accidentes mortales.
Por el momento, me fío de quien sabe de esto, como Margarita del Val, inmunóloga y epidemióloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien afirma que el riesgo por vacunarse es «mil veces inferior» al de pasar la enfermedad. Y el Covid sí está demostrado que mata.