La primera acepción de la palabra cultura en el diccionario de la RAE es cultivo y desconozco si el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, conoce ese significado, incluso el origen -del latín- de esa palabra que encabeza su Ministerio. Lo que sí sé es que Uribes está poco cultivado en una de las parcelas de su Ministerio, que es la taurina, a la que no sólo tiene olvidada, sino que también castiga y, por tanto, indigna al sector. La última gracia del ministro poco cultivado  fue responder, a una pregunta del diestro Pablo Aguado, que «no debo recomendar ni fomentar ir a los toros; al teatro sí, porque es una cuestión pacífica y no despierta polémica». 
El ministro de Cultura, licenciado en Derecho, ataca a una de las áreas de su Ministerio, que es lo mismo que si el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas -otro licenciado en Derecho-, estuviese en contra de la pesca en el Cantábrico, porque se matan animales, y recomendase que por el Norte de España se dedicasen más a cultivar la tierra, que es más pacífico. 
El ministro poco cultivado, con la cuestión taurina, fija su mirada en un árbol que no le deja ver el bosque, porque le recuerdo que en torno a la Tauromaquia se encuentran todas las bellas artes y tan bélica no será, ni en el ruedo, ni en los tendidos, porque, también le informo al señor Uribes, que, igual que en los campos de fútbol se prohibió el consumo de alcohol, en las plazas de toros se puede disfrutar de cualquier bebida, que los aficionados no son tan bárbaros como algunos pueden imaginar.
Señor Uribes, no castigue más a un sector muy perjudicado por la pandemia y si no tiene previsto darle nada, al menos, no le quite.