Que no. Que no insistan. Que no quiero hablar de la gestión política actual ni de los políticos. De políticos que se sacan de la sisa títulos y másteres universitarios o que plagian sus mal llamadas tesis doctorales, que no son tesis, que son dosieres de copia y pega que nada contribuyen al avance científico ni investigador de nuestra alma patria. Que no quiero acordarme de que estos mercachifles de bancadas, que atentan como anarcoanalfabetos, cada vez que suben a la tribuna, contra los cimientos de la gramática de nuestra nunca mejor llamada lengua española, aprovechan el hundimiento sanitario y económico para ir aprobando desde el silencioso tufo del sobaquillo leyes orgánicas como la última del aborto, que permite a niñas, sí, a niñas de menos de dieciséis años a abortar sin el permiso de los padres, a niñas, no mujeres, como las denomina Irene Montero, a niñas, porque aún son emocional y sexualmente inmaduras. Que no quiero hablar de la fatiga pandémica que está sufriendo todo el personal sanitario de nuestro país, todos ellos desbordados y desesperados, certificando sin que falte un día un número cada vez mayor de fallecimientos, incólumes estos profesionales, para no desfallecer de estrés y de impotencia, ante el dolor y la muerte, ante la reducida provisión de medios de protección y de cuidados intensivos, que no, que no quiero hablar de las colas del hambre, ni de las del paro ni de los negocios cerrados, ni de los autónomos que ven que sube todo menos sus ingresos mientras estos, los políticos de barrio y de patria, engordan sus nóminas para el próximo año porque saben que las vacas no vendrán flacas sino moribundas y ándeme yo caliente mientras pasa hambre la gente.
Que no. Que los referentes que ven nuestros hijos todos los días por las pantallas son una pandilla de corruptos y de ineptos, y sin referentes patrios que sirvan de modelo moral, de profesionalidad y de integridad ética los hombres del mañana copiarán los mismos vicios de los de hoy.
Que no. Que no insistan. Que no quiero hablar de la gestión política actual ni de los políticos.