Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Piruetas políticas

18/03/2021

Ante la manifiesta incapacidad de nuestros políticos de ser mínimamente coherentes ante las preocupaciones de los ciudadanos, sus electores, y cerrar sus diferencias para luchar juntos en el objetivo de derrotar a una pandemia histórica como la que afrontamos; parecen, eso sí, dispuestos a rizar el rizo de lo inaudito y vista su inutilidad en nuestra defensa del ataque del coronavirus optan al menos por compensarnos con un poco de entretenimiento y espectáculo. Y vaya si lo están dando, unos más que otros, pero lo están dando.
Ciudadanos ha optado por la tragedia oriental y se hace el harakiri en público, suicidándose como un samurái en directo. Ayuso acapara papeles de protagonista y rueda su película en la que no queda claro si es Agustina de Aragón o terminará como Juana de Arco, pero en todo caso se ha trajeado de heroína de la superderecha y acapara primeros planos de manera incesante y agresiva. Su en otra hora vicepresidente, Ignacio Aguado, parece tal cual un galán lloroso y despechado expulsado de la sede de la Puerta del Sol, sede a cuya conquista parece aprestarse ahora un Pablo Iglesias que ha puesto tierra de por medio en su coalición gubernamental con Sánchez en la Moncloa, en una extraña pirueta política de incierto resultado, por cierto, puesto que es sabido que tras esa voltereta de triple salto mortal, es muy poco probable terminar cayendo de pie. Pero está claro que el circo no podía faltar en el espectáculo que vivimos, y en el circo, como en la política, las piruetas, imposibles y arriesgadas, son parte fundamental. Mientras, la pandemia sigue su curso y la Semana Santa a la vuelta de la esquina. Veremos.