Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Tras los Magos

07/01/2021

El globo aerostático volaba como vuela, rodando, devorando días y noches, nuestro terráqueo globo, en pos de la universal danza, dando vueltas al sol, como nosotros también las damos en nuestro interior. Queremos creer en la universal armonía y, cuando uno mira al cielo, parece que entre los astros hay leyes y movimientos que los complementan y hablan de un gran orden que el caos envuelve, como para sentirnos cobijados entre las manos de un buen Dios al que no vemos, pese a que algunos lo sienten y perciben, según dicen santos y algunos creyentes.
El globo portaba a los magos de oriente, vestidos de reyes, que así en nuestras tierras todos los años se ofrecen, pues la mayoría de los niños no podía verlos directamente sino como estrellas fugaces por el cielo o en las televisiones y contadas recepciones. Grande magia la de los magos, sabiduría que nos viene al encuentro todos los años, incluso este tan fatídico, entre regalos.
Es uno de los momentos más esperados de nuestra navidad, no solo por los pequeños, sino por muchos adultos que también son regalados o que ven el regalo de la ilusión cumpliéndose en muchos rostros. Estamos hechos, diseñados según genéticos trazos y celestes designios, para darnos, para entregarnos a otros y regalarnos, y así rozamos el sabor de la felicidad que nos es destinada, debida, según nuestra fe alcanza. Por eso gozamos viendo cómo los más pequeños seres de nuestra especie se alegran y vuelven a vivir el misterio de la existencia, siendo siempre muy similares y a la vez diferentes. Vivimos alegres a través de la alegría que damos.
Y, sin embargo, son tiempos más bien tristes, aunque la esperanza, como estrella que nos recuerda la Epifanía, nos muestra el misterio encarnado, lo divino en un bebé que mama, llora, defeca, orina, duerme y crece... Por eso vienen los sabios a arrodillarse ante esa infinitud que se muestra, humilde, tan pequeña. ¡Cuántas veces extraviamos el rumbo buscando lo grande donde no hay sino pompas vanas, huecas, decorados de paisajes inexistentes!
 Lo divino se hace hombre y el hombre divinizarse puede... Aunque ahora demasiados mueren cuando podrían seguir viviendo de administrarse el antídoto contra el maleficio. Difícil es ver lo divino al contemplar a gobernantes o las miserias de tantos hombres, pero más visible resulta entre ingenieros, científicos o artistas creando maravillas, descubriéndolas, entregándolas en un afán divino que nos levanta tantísimo sobre los demás homínidos.
Pedimos el regalo de una vacuna eficaz disponible cuanto antes. Que se pongan a vacunar día y noche, como en Israel, con todas las estructuras preparadas para este fin pues, como las guerras transmutan la industria, lo primero es vencer al bicho maligno. Aquí no caben perezas o gubernamentales torpezas, cada día mueren muchos que podrían seguir con nosotros.