Paco Mora

Paco Mora


Al final esperanza

17/04/2021

La obcecación del Gobierno socio-comunista-separatista y de la «derechita cobarde» contra la Fiesta de los Toros ha conseguido convertir el futuro del espectáculo taurino en un asunto de interés nacional. Por eso es obligado analizar la importancia que tiene para Albacete y la propia Fiesta que la explotación de su Plaza de Toros, con acierto y racionalidad, haya recaído sobre Simón Casas que, ayudado por los conocimientos sobre la afición albaceteña y la probada capacidad de entrega de Manuel Amador (hijo), se ha puesto en marcha con inmediatez para sacar el toreo del marasmo en que ha caído por culpa de la pandemia de Covid-19 y también, digámoslo sin rodeos, de la incuria y animadversión de los miembros del Ejecutivo arriba mencionado, y el despego de la oposición de derechas. El Ayuntamiento albaceteño ha actuado con acierto en este caso.
Ser empresario de toros en estos difíciles momentos es un empeño de valientes, debido a la necesidad de posponer los intereses crematísticos en favor del futuro de la Fiesta. Vivimos una situación en que el concepto empresarial -y no sólo en lo taurino- exclusivamente como negocio tiene poco futuro. Y más cuando se le están poniendo a diario tantos palos en las ruedas.
El pan para hoy a costa del hambre para mañana no es actuación habitual de Casas, que ha sabido entenderlo así en Nimes, Beziers, Madrid, Valencia, Alicante y varios cosos más que ha gestionado con éxito en lo artístico y en lo económico. Se acabó de momento el clásico «coge el dinero y corre» y ha llegado la hora de arrimar el hombro, para sacar del atolladero en que se encuentra una riqueza artística y cultural, que se caracterizó durante varios siglos como algo genuinamente español. Ahora, Casas y Amador tienen la palabra…