Vox quiere que le otorguen el Nobel de la Paz al expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Macarena Olona, la portavoz del partido de Santiago Abascal, considera que el reciente asalto al Capitolio no es óbice para que decaiga la propuesta que ya apadrinaron hace meses en Europa de cara a reconocer el pacifismo del extravagante republicano. Insisten en que su llamada a la ciudadanía -a sus partidarios- era para una movilización pacífica, pero no para tomar el símbolo de la democracia del país norteamericano. Y reiteran que el pintoresco empresario no ha iniciado guerra alguna durante su mandato, argumento que tiene sus matices.
La verdad es que suena a cachondeo que sugieran la idea del Nobel para Trump. A este paso, cualquier día defienden la designación del exmandatario como presidente de Greenpeace por su lucha sin cuartel contra el calentamiento global del planeta. O director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su combate contra el Covid-19. O lo colocan al frente de la próxima manifestación de la Marcha de las Mujeres por su defensa de la paridad y su  pelea constante contra la falocracia.
Trump pasará a la historia por la polarización que ha generado en la sociedad estadounidense, fomentando el supremacismo y generando un fortalecimiento del racismo en un país al que tanto le ha costado -tantas vidas- el segregacionismo. Pero además, ha sido el socio preferente de los fabricantes de pistolas y fusiles en una sociedad armada hasta los dientes. Pacifista nato, sin duda.