Domingo Henares

Domingo Henares


Palabras ocultas

07/02/2021

Hay periódicos por el mundo que andan jugando al escondite con sus posibles lectores de cada día. Así, conscientes de que sus columnistas son autores esperados, muestran nada más que el principio de algunos artículos de opinión, oscureciendo parte del texto que no puede verse, si antes no se paga una cuota fijada por el propio diario. Y es entonces cuando asoma el fracaso, al esconderse el resto de la columna que alguien quería leer. Palabras ocultas, posibles emociones escondidas, un pequeño desespero ante la imposibilidad de comprobar la belleza literaria y el acierto de juicios de opinión que se ofrecen también en la prensa española desde siempre. Y es fácil adivinar que con este recurso indigno (vender palabras esperadas porque son hermosas) no aumenta el brillo de las monedas en las menguadas arcas de algunas empresas editoriales. 
Sería más rentable, como estrategia, hacer posible la lectura completa de algunos colaboradores reconocidos (su columna) como reclamo de una publicidad más segura, de manera que los anunciantes de las casas comerciales se vean arropados, junto a los textos que convocan al entusiasmo, a la hora de exponer, como en un escaparate, los objetos de venta tal vez entonces dignificados. Por el hecho de figurar junto a un texto literario, donde acuden tantas miradas por encanto.
  Desde el principio tuvo el hombre la palabra por lugar de residencia. Por eso no hay mayor exilio que ausentarse del idioma propio. Y ocultar palabras verdaderas es una tristeza aumentativa, pues sirven para poner el nombre de las cosas. Son palabras de honor.