Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Lo de Casañ

16/02/2021

Vaya por delante que no creo que estemos ante un caso de corrupción, como algunos nos han querido vender, con un solo objetivo, pero muchos posibles interesados: cargarse al alcalde de Albacete. Posiblemente estemos ante una situación irregular, con cierto mal tufo, y poco más que rascar. Más torpeza que trama. Veremos en qué queda todo. Sea como fuere, el breve lapso de Casañ como primer edil será recordado por dos asuntos muy feos. El caprichoso traslado del registro a la primera planta del Museo Municipal y esta presunta corruptela que tengo la impresión de que, al final, se quedará en agua de borrajas. No obstante, el daño ya está hecho. Y a los que lo han promovido ya les da igual si finalmente demuestra su inocencia; aunque amparar ésta, en eso de que «todo el mundo sabía que era dueño de dicha empresa radiofónica», suena poco serio, casi infantil. Ahora lo importante es saber de dónde viene el fuego. Y tiene pinta de ser amigo. ¿Quién filtró dicha información? ¿Fue desde Albacete? ¿Toledo? Sabiendo que a todos -PP, PSOE y hasta su propio partido- les resulta molesto, se pueden ver manos negras por todos lados. Pero aquí lo que hay que preguntarse es a quién beneficia más esta situación. Así sabremos quién, cuándo, cómo y por qué. Se sabe la «buena prensa» de la que disfruta el presidente de Castilla-La Mancha en los madriles. También que al presidente le interesa mucho -seguro y pronto- tener el control total de nuestro Consistorio. Sobre todo, para recuperar, con su ayuda, esos miles de votos que sabe que ha perdido, en los últimos meses, por su necia labor al frente de la crisis del Covid-19. Y hablando de pandemia, el ahora vituperado Casañ tuvo una oportunidad única de pasar a la historia albaceteña en el pasado marzo. Si cuando Page salió a negar que nuestros mayores se morían a cientos a diario, por no haber respiradores, ni camas UCI suficientes, él -como primero de los albaceteños- se hubiera enfrentado públicamente a sus mentiras, en natural defensa de sus ciudadanos, le habría costado el puesto, pero tras ello le habrían ido dando aplausos por la calle. Pero no lo hizo; mantuvo el mismo y vergonzoso silencio que sus socios de Gobierno. Inolvidable e imperdonable. Ahora pasea ante la duda de todos. Qué cosas tiene la política.