Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


El banderín de Salesianos

02/02/2021

Nuestra leyenda del Albacete Balompié, Juanito, me ha regalado un banderín con la imagen del viejo y destruido Colegio Salesiano. Es un tesoro sentimental que su corazón enorme deposita en este antiguo alumno salesiano. Tuvo esta congregación, siempre abierta e hiperactiva en el apostolado, sede en nuestro Albacete durante 50 años. Llegaron en 1964 para hacerse cargo del Colegio Internado de la Diputación, un bello y armonioso edificio de la mejor arquitectura colegial, situado en la carretera de Madrid. Sobre su solar se levanta hoy la Ciudad de la Justicia, amputando un legado sentimental de Albacete y provincia. Varios miles de albacetenses pasamos por los Salesianos, marcándonos de por vida con ese espíritu alegre y en acción que infundió Don Bosco. Aquel modelo educativo fue mayúsculo en integración y fraternal convivencia entre las distintas clases sociales de la ciudad y provincia, que hoy resulta impensable. La llama del agradecimiento hacia los Salesianos sigue flameando entre esas generaciones de albacetenses que hemos sido beneficiarios de su entrega por lo mejor de una ciudad: sus jóvenes. Cuando el proyecto educativo laicista de los años 80 se impuso, no les renovaron el convenio. Aquel edificio con el nuevo modelo se quedó frío, sin alma y ya conocemos su triste final. Los Salesianos, a pesar de ese trato, no escaparon de Albacete. De la mano de don Victorio Oliver, obispo de gratísimo recuerdo, se instalaron en uno de los barrios más modestos de la ciudad, el de San Pablo, y allí, en su sede de la calle de Echegaray, volvieron a levantar el proyecto de Don Bosco entre los jóvenes del barrio. La Congregación Salesiana, ante la necesidad de atender otros colegios del Levante, cerró en 2014 su sede de Albacete, tras 50 años de servicio a la educación de la ciudad y de la provincia. Hay una deuda moral e impagable de Albacete con esta congregación. Vamos a trabajar para que algún día aquellos Salesianos sean reconocidos públicamente. El banderín de Juanito me lo recordará cada día.