Javier D. Bazaga

NOTAS AL PIE

Javier D. Bazaga


Mantener el ritmo y la inercia

03/02/2023

Esta semana el servicio de estudios de BBVA Research presentó al Gobierno regional su informe de situación de Castilla-La Mancha, revelando que la comunidad es, junto a Extremadura, de las primeras en haber recuperado los niveles de crecimiento económico previos a la pandemia. Una gran noticia para una región que sufrió como pocas los efectos de aquella crisis sanitaria, tanto sanitariamente, como social y económicamente.
De esta forma, el año 2022 arrojó un crecimiento del 4,8% del PIB en Castilla-La Mancha, siendo los sectores agroalimentario, industrial o logístico los que más han tirado del carro, tras el duro ajuste que sufrieron turismo, servicios u hostelería con la pandemia. Es por eso que otras comunidades, que sí padecieron más la crisis en esos sectores, tendrán un crecimiento mayor este 2023 y 2024, explicado por lo que podríamos llamar un 'efecto rebote' que no tendrá Castilla-La Mancha, por lo que el economista jefe de BBVA Research, Miguel Cardoso, apuntó a una previsión de crecimiento del 1,1% en 2023 y 3,3% en 2024.
No obstante, y a pesar de esa buena cifra de 2022, el último trimestre ya desvelaba cierto estancamiento de la economía regional, motivada por el alza de los precios y de los tipos de interés, lo que podría confirmar esas modestas previsiones de la entidad bancaria. Eso nos dice que la economía aún es frágil, y lo demuestra igualmente los datos del paro conocidos ayer con 4.666 desempleados más en la región. Es cierto que hemos cogido un poco de inercia económica con este 2022 que, es cierto, no fue todo lo bueno que cabría imaginar debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, y poniendo patas arriba el mercado energético y la producción de materias primas. Pero Castilla-La Mancha ha hecho los deberes, ha demostrado resiliencia en el sector exportador, y solidez y solvencia en los sectores más pujantes como el agroalimentario. Además, ha conseguido poner el foco en otros sectores que próximamente supondrán auténticas locomotoras de la economía, como el de las energías renovables o el tecnológico, logrando atraer empresas e inversiones extranjeras muy potentes. Los ejemplos los tenemos, la apuesta por el hidrógeno verde con Cummins en Guadalajara o la planta de producción de hidrógeno verde Vitale de Phynix en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Por la tecnología también con la llegada de Meta a Talavera de la Reina, o la combinación de ambos sectores con el proyecto Axis, impulsado por la compañía Box2Bit en colaboración con Capital Energy en Toledo. Sectores que aportarán, además de crecimiento y empleo, un valor añadido al tejido productivo regional, diversificando su cartera y diferenciándose de lo que hemos llamado siempre «sectores tradicionales».
Ese es el camino que debemos seguir tomando para que los buenos datos de crecimiento económico, y las previsiones, aunque modestas, se cumplan y no perdamos esa inercia que hemos logrado colocándonos a la cabeza del país en recuperar el PIB previo a la pandemia del coronavirus. Esperemos que, en la antesala de varias citas con las urnas, las promesas electorales de unos y de otros no nos cieguen y empañen la senda tomada hasta el momento.