Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Resilientes

11/02/2021

La pandemia sigue aportándonos la oportunidad de seguir enriqueciendo nuestro vocabulario con palabras que de ser vocablos arrinconados en las páginas más desconocidas del diccionario han ido convirtiéndose en términos habituales de nuestro léxico de utilización diaria. La palabra resiliencia es un claro ejemplo de ello y ahí la tenemos en tantas y tantas conversaciones cotidianas como si siempre la hubiésemos tenido presente en nuestro lenguaje y con méritos para formar parte de esa serie de voces que formarán la antología de un lenguaje para pandemias que antes o después alguien escribirá recopilando las vivencias de la horrible experiencia que nos tocado afrontar en estos momentos.
Se nos aconseja ser resilientes ante la realidad que abordamos, aumentar nuestra capacidad de adaptación ante la adversidad que nos ha tocado vivir y reforzar nuestro potencial de recuperación para en su momento ser capaces de volver al estado inicial en el que nos encontrábamos antes de que nos arrollara la perturbación de la situación que ahora nos envuelve. Es claro que, si superamos la pandemia, lo que ya es mucho decir para millones de personas en el mundo y a estas alturas, necesitaremos al menos un resetear nuestra maquinaria vital para aterrizar, primero, y despegar a continuación hacia la normalidad perdida, lo que no será fácil para salir de una coyuntura que ni esperábamos ni para la que nadie estaba preparado hace solamente un año, cuando la cosa comenzó a desbordarnos; un desbordamiento cuyas consecuencias, en todos los sentidos, sanitarios económicos y sociales, tardarán mucho en disiparse. Tenemos, pues, que aprender a ser resilientes. No hay otra.