A nuestra ciudad y a su equipo del alma se le ha muerto el legendario defensa Manolo Salas. Vayan mis condolencias a su familia, especialmente a su yerno, mi amigo Podio. Hace un par de años, logramos con Juanito, otra leyenda del Albacete, que Salas nos acompañara en el acto del 60 aniversario del Estadio Carlos Belmonte. Campo de fútbol que él inauguró contra el Sevilla, marcando uno de los dos goles del Albacete. Salas era leyenda viva del Albacete Balompié. Con Monroy y Leo, fue el jugador que más veces se enfundó la camiseta y el calzón blanco. Más de 300 partidos entre los años 50 y 60. Integrante de una alineación mítica que los niños de entonces, como mi amigo Pepe Huertas, aun recitan de memoria: Gallego, Salas, Ambrosio, Mateo, Monroy, Colomer, Guillamón, Jesús, Seoane y ese otro mito Guti, quien junto al gran Monroy son los decanos vivos del Albacete. Aquel equipo, con Salas como punta de lanza, protagonizó un partido mítico en la historia del balompié de la ciudad: el Albacete contra el Recreativo de Huelva. Corría el 17 de mayo de 1959. Partido a celebrar en el viejo Campo de los Mártires, frente lo que hoy es el parque infantil de tráfico. Fase de ascenso a la Segunda División. El Albacete venía de eliminar al Aldra almeriense. Llegaba el decano del futbol español, el Huelva. Según mi padre, presente en el campo, no cabía un alfiler. Aquello era una caldera. El árbitro de Mérida, Emilio Castillo Izquierdo, nos machacó con sus injustas decisiones (dio como válido un gol que entró por fuera de la red) y no pasamos del empate a uno. Se armó la mundial. Aquello pudo acabar, haciendo honor al nombre del campo, en un martirio. A Salas y Ambrosio le cayeron 24 partidos. A Guti y Azcona, 12. A nuestro entrenador, Guasch, tres meses. En la vuelta nos metieron tres, el último, el famoso por vergonzante, «gol de la escupidera». Salas llevó hasta su último día el orgullo de defender al Albacete. Su féretro fue cubierto con la bandera del club. Hablaba estos días con Juanito y Luis Castelo, que el Albacete y el Ayuntamiento deben tener un gesto con el gran Salas. ¿Por qué no poner a la puerta 2 del Estadio, su nombre?  Descansa en paz, Manolo. Fue un honor tratarte.