Elena Serrallé

Elena Serrallé


¿Quién me compra junio?

15/06/2022

Siempre comentamos aquello de que el tiempo vuela, pero, sinceramente, a mí este mes de junio se me está haciendo eterno. ¿Hay por ahí algún voluntario para pisar el acelerador? Cada día es una montaña, o mejor dicho, un inmenso desierto. Una jornada vivida es una jornada sudada. He optado por madrugar para evitar tener que trabajar esas horas plomizas pero claro, estoy madrugando tanto que un día de estos me voy a levantar antes de haberme acostado.
Los que seáis padres me entenderéis, junio es el mes del horror, finales de curso, festivales, mochilas para la granja escuela, funciones de extraescolares, torneos, entregas de trofeos, ensayos, moños, horquillas, muchas horquillas, laca, litros de laca, maquillajes, prisas, demasiadas prisas, carreras, el regalo de la profe, y todo eso sazonado con estas temperaturas, es como si participaras en una gymcana en el mismísimo infierno.
Yo, que no me privo de nada, voy un poquito más allá y subo la apuesta con una maravillosa alergia al olivo, a las gramíneas, al polén y a todo lo que se me ponga por delante, de tal manera que son muchos los momentos en que me arrancaría la cabeza y así erradicar el picor de garganta, despedir al ejército de hormigas que desfilan por mi nariz, cesar el goteo incesante de mis lágrimas provocadas por la emotividad de la sensación y de paso dejar de estornudar en lotes de 20.
Este es mi mes de junio, que hoy llega a su ecuador. Me consuela pensar que a partir de ahora es cuesta abajo y, afortunadamente, sin frenos.