Elena Serrallé

Elena Serrallé


Feliz Navidad

21/12/2022

Os deseo días llenos de abrazos, los debidos, los que un día fueron prohibidos, los que nos secuestró la pandemia, los abrazos eternos, los curativos, los que resetean y recomponen, los que estrujan los miedos y los hielos, los abrazos que se dan con los ojos cerrados, los que cargan la pila y erizan la piel, abrazos refugio, aquellos que reconfortan y recolocan, abrazos de «bienvenida a casa», los que huelen a madre, abrazos cálidos que invitan a tomar un respiro. Exprimid esos abrazos canosos de un padre que de repente se ha hecho mayor, demasiado mayor. Abrazos impagables de los tuyos, de tu gente, abrazos de tu sangre, de tus raíces. Saboread y recrearos en ellos. Los abrazos verdaderos, los que alimentan el alma, los que suponen una inyección de amor. Esos abrazos. 
Os deseo días llenos de duchas calientes, las que limpian el corazón, las que arrastran los miedos y la inseguridades. Duchas insumisas a la esclavitud del tiempo, de las que no quieres volver, en las que apoyas las manos y te rindes, duchas en las que deja de doler la vida. Aquellas en las que te muestras vulnerable y más desnuda que nunca. Disfrutad esas duchas en las que vuelves a nacer.
Os deseo sueños reparadores, tardes de sofá y manta, brindis al calor de una chimenea de pueblo, charlas sin reloj, paseos abrigados por el monte, olor a romero y barro en las botas, jornadas sin maquillaje y con el pelo revuelto, sobremesas dilatadas en mesas repletas de caras familiares. Veladas con sabor a reencuentro, risas, anécdotas de ayer y planes de mañana.
Os deseo feliz Navidad.

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