Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


Navidades que marcaron vidas

26/12/2022

La Navidad está llena de historias fantásticas que marcaron un antes y un después en la vida de muchas personas. Los Reyes Magos llegaron al portal de Belén por un camino y salieron por otro bien distinto. La historia sigue repitiéndose. En la nochebuena de 1886, Paul Claudel, un joven ateo de 18 años, experimentó una poderosa certidumbre de la cercanía de Dios que le empujó a cambiar de dirección. Así nos cuenta su conversión este eximio poeta y diplomático francés.
«Fui a Notre Dame de París, para asistir a los oficios de Navidad. Yo no creía en nada, pero me parecía que en las ceremonias católicas encontraría inspiración para escribir algo. Los niños del coro vestidos de blanco estaban cantando lo que después supe que era el Magnificat. Entonces fue cuando se produjo el acontecimiento que ha dominado toda mi vida. En un instante mi corazón fue tocado y creí. […] ¡Dios existe, está ahí!  ¡Es alguien, es un ser tan personal como yo! ¡Me ama! ¡Me llama! La misma noche de ese memorable día de Navidad tomé una Biblia y por primera vez escuché el acento de esa voz tan dulce y a la vez tan inflexible de la Sagrada Escritura que ya nunca ha dejado de resonar en mi corazón».
Años después, Paul Claudel pidió la admisión en un convento de Benedictinos. Con buen criterio, los monjes la hicieron comprender que Cristo le llamaba a recorrer junto a él el camino de la política y la cultura. A seguir difundiendo en sus discursos y poesías el mensaje de paz que  brota de una corazón en paz.