Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Tic, tac, tic, tac…

28/12/2021

El Gobierno sabe que cada día más, que la pandemia siga marcando el presente, más difícil lo tendrá para conservar los apoyos que, en las últimas elecciones, lo auparon al poder. Eso les dicen sus encuestas internas y con ese dato afronta un futuro poco halagüeño para sus intereses. Parece claro que hasta que la situación sanitaria no mejore, pero de verdad, el estatus económico y social de este país no recuperará un pulso que para, seguramente, más de la mitad de la población con derecho a votar, precisa de un cambio. Además, da la sensación de que por muy mal que lo haga la oposición -con un Casado en sus horas más bajas- no importa mucho a todos esos electores que solo ven una posible mejora de sus vidas si se produce un relevo en La Moncloa. Y llegados a este punto el PP sabe que con el apoyo de Vox le saldrán las cuentas. Por ello, tampoco se afanan en seguir atrayendo a ex votantes de Ciudadanos. Incluso sin ellos, solo con el respaldo de la ultraderecha, podrían alzarse con el poder central. Y eso es altamente peligroso. Primero porque hipotecan sus ansias de gobernar a tener que pasar por el reaccionario, feo y rancio aro de los de Abascal. Y, en segundo lugar, porque un partido como el PP debería de trabajar para ganar por sí solos unas elecciones que sí, desde su propia estrategia, no saben manejar con sapiencia y destreza se les podrá volver en contra desde el primer minuto de gobernanza. Y esta situación se extrapola a todas las administraciones del país. En Castilla-La Mancha el «tic, tac, tic, tac…» se escucha alto y claro en el despertador del presidente. Page sabe que solo un inminente final de la pandemia podría, por ejemplo, recuperar los votos en provincias en las que, de momento, le pintan bastos, como, por ejemplo, Albacete. Sus cuentas son esas. Pero el caprichoso y letal virus parece, lamentablemente, tener otros planes. En las lides municipales, se sabe que todo se volverá a dirimir en apenas un puñado de votos. No serán poco más de mil los que separen a los más votados de los segundos, pero tampoco la diferencia se confía más amplia.  Y, como pasa, a nivel nacional y autonómico, la derecha constitucional se confía a sus virtuales pactos con los de la oscura extrema diestra para arrebatar la vara de mando municipal a socialistas y unos anaranjados en extinción. Y eso no es bueno. Y se empieza a notar en el tono y el contenido de la actual oposición, que parece más preocupada en ir haciendo ojitos a los que 2023 los pueden volver a poner en el poder local, que en ilusionar a sus propios acólitos. Sí, Feliz 2022 para todos.