Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


El crematorio de la deuda pública

15/03/2021

Hace unas semanas hablé del «cementerio de la deuda pública». Me equivoqué de palabra; quería decir «dormitorio», el lugar donde dormía la deuda soberana comprada por el BCE. Una deuda barata, pero deuda, al fin y al cabo, que habrá de amortizarse cuando la economía se recupere. Hoy voy a hablar del «crematorio» de la deuda pública europea propuesto en el manifiesto presentado en febrero por 100 economistas europeos. Exigen al BCE la quita total de esa deuda con el único compromiso de invertir el dinero en la superación de la crisis sanitaria y medioambiental.
El manifiesto admite ciertos problemas y les da una respuesta optimista. Las reproduzco aquí. Confío que el lector reflexivo advertirá por sí mismo la debilidad de tales argumentos y el deseo de introducir un cambio de régimen por la puerta de atrás. 
Primer problema: El BCE no puede condonar ni comprar directamente la deuda soberana. Respuesta: la política está por encima de las leyes. Aunque, matizan, tampoco hemos de fiarnos de esos políticos irresponsables que temen endeudarse y se afanan por amortizar la deuda en tiempo y forma. 
Segundo problema: Ese dinero ya está gastado. Respuesta: evidente, se trata de pedir al BCE una ayuda similar que habrá de ampliarse hasta los 2,5 billones de euros. 
Tercer problema: ¿y si las medidas propuestas generan una crisis económica? Respuesta: la quita de 2/3 de la deuda alemana en 1953 posibilitó el milagro alemán de la postguerra. Nada dicen de la monetización de la deuda soberana por la República de Weimar ni de la hiperinflación y desempleo masivo que trajo consigo. Tampoco reconocen que el milagro alemán surgió de la iniciativa privada amparada por ese régimen liberal y ortodoxo que Adenauer llamó «economía social de mercado».