Francisco García Marquina

EN VERSO LIBRE

Francisco García Marquina


Feliz cumpleaños

16/02/2021

Sucede que este 5 de febrero he cumplido años, cosa que no tiene mayor mérito que aguantar lo que la vida te va poniendo por delante. Tengo la satisfacción de haber recibido muchas felicitaciones (calculo que menos de dos mil), lo que me autoriza a decir esta frase ritual: «Ante la imposibilidad de contestar a todos, quiero con estas palabras mostraros mi gratitud».
Cuando Clint Eastwood iba a cumplir 88 años coincidió en un campo de golf con su amigo el compositor y cantante country Toby Keith, que le preguntó cómo se sentía al cabo de esa larga vida, y el popular actor y director, que seguía activo e ilusionado preparando su película ‘The Mule’, le respondió con estas palabras que se han hecho famosas porque formaron la canción que compuso Keith: «No dejes entrar al viejo» (Don’t let the old man in).
Se trata de cerrar la puerta a esa sensación de acabamiento que se acerca a nuestra casa, a las emociones que nos amargan la vida como la tristeza, el miedo, el enojo, la ansiedad, y el desánimo de que «ya es tarde». La juventud no es tanto cuestión de calendario como de espíritu.
Es fácil entender que el secreto de una buena vejez no es enmascararla, ni glorificarla al estilo de esos vídeos sentimentales y llenos de flores, paisajes y sonrisas en que se ve a los ancianos dando saltos imposibles y sonriendo a riesgo de perder la dentadura.
No se puede negar que la vejez es mala cosa, ya que te hace perder facultades pues ni mi memoria ni mi fuerza física son las de antes. En tiempos hice vela en Port d’Hourtin y hace una semana sufrí la humillación de no recordar cuál era la banda de babor y la de estribor. Para salir de esta miseria hay que proponerse acciones de otro género pero no menos estimulantes. Hay una salvación por los proyectos, la curiosidad y el humor, ese don liberador por el que todo puede ser otra cosa. Ojalá que alguien me piropease como Bernard-Henri Lévy a Jean Paul Sartre: «Este anciano es nuestro joven».
Por tanto, y con la venia de los naturales achaques y dieta de pastillas, hay que mantener el espíritu que acompañó nuestra juventud, enriquecido por la natural experiencia de andar por el mundo, que te proporciona una sabiduría escéptica y a veces un colofón de lucidez. Pablo Picasso dijo la genialidad de que «Hace falta vivir muchos años para llegar a ser joven».
El mejor recurso que nos propone Harry el Sucio para no sentirnos lastrados por el calendario es olvidar la fecha de nacimiento: «Pregúntate cómo serías si no supieras el día en que naciste» (Ask yourself how would you be, if you didn’t know the day you were born).
Pues, la verdad, si hoy me veo delgado y ágil, trepando a los árboles y escribiendo poemas de amor, poco me beneficia recordar que nací cuando iba a comenzar en España la batalla de Guadalajara. Y con este dato quedan dichos los años que he cumplido.
También confieso mis descuidos, porque si hubiera seguido una dieta vegetariana, usado el sentido común y tomado vitaminas, en vez de 84 seguramente hoy hubiera cumplido 86 u 88. Pero, por otra parte, ya ven que la adicción al humor me ha beneficiado la salud.