José Fidel López

José Fidel López


Berlanguiano

10/12/2020

La Real Academia Española ha corregido con unos cuantos años de retraso un olvido. Desde finales de los 90, cineastas de primer orden de este país, como José Luis Borau, propusieron la incorporación del término «berlanguiano» al Dicccionario de la RAE. Y hace sólo un par de semanas que los apasionados por la obra del director valenciano recibimos la buena nueva:«berlanguiano» entraba en el lexicón castellano, y en el glosario en cuestión este adjetivo ya se define como «perteneciente o relativo a Luis García Berlanga, cineasta español, o a su obra. Estudios berlanguianos», y dos, «que tiene rasgos característicos de la obra de Luis García Berlanga. Una situación berlanguiana». 
Pero quizá deberían haberse estirado algo más los académicos, o añadir un apéndice para todos aquellos que no conozcan las películas de Berlanga puedan utilizar el vocablo adecuadamente. Pues miren, como avance, el panorama político actual daría para utilizar esta palabra no sólo una vez al día, sino varias, desde la equidistancia de algunos ante las elecciones venezolanas al traslado por sorpresa de inmigrantes a Granada, pasando por qué allegados sentamos a nuestra mesa navideña. En fin. Hace años, en 2001, en una visita a nuestra ciudad, y a preguntas de este periodista de provincias, este sabio cineasta deslizó que «berlanguiano» debía estar en el Diccionario de la Real Academia, e incluso se atrevió a definir el adjetivo: «Berlanguiano es una cosa insólita, extraña, pero demoledora y crítica». ¿A qué ahora lo entienden mejor? ¿Verdad que estamos rodeados de situaciones berlanguianas? Gracias, don Luis.