Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Holocausto

10/12/2020

Todos hemos visto películas sobre el Holocausto, cualquiera de las muchas que se han realizado sobre el tema y siempre, tras su visión, nos quedaba patente la inquietante pregunta de quiénes y cómo podían vivir pretendiendo que se ignoraba lo que estaba pasando. Y ahora, hoy que estamos viviendo otro tipo de holocausto, volvemos a preguntarnos lo mismo sin encontrar la respuesta válida. A no ser que lleguemos a la conclusión de que hay momentos en la vida en los que lo único que nos preocupa es sobrevivir por encima de todo y por tanto ajenos a lo que les suceda a los demás siempre que no nos ocurra a nosotros. Acostumbrarnos, en suma, a mirar hacia otro lado para no ver aquello que no queremos ver e intentar resistir hasta que la llamas se apaguen.
Poder disfrutar un puente como el que acabamos de dejar atrás, estar preocupados por la celebración de la próxima Navidad o contemplar cómo hacemos posible la llegada de los Reyes Magos y tantas otras fruslerías que nos preocupan y avergüenzan en la dramática plenitud de esta pandemia que nos arrolla, no es más que la palpable demostración de que no queremos ver el nuevo holocausto que nos rodea y condiciona nuestras vidas y ante el que pretendemos mantenernos en pie sobre nuestras propias debilidades y dudas. No hay más que ver cómo suben las cifras de vidas cobradas por el virus o cómo se multiplican las de los contagios, para saber que nada será igual tras padecer la mayor pandemia vivida por la humanidad en más de un siglo de historia. Odiamos el virus porque lo tememos, pero insensibilizarse ante su drama es ahora mismo lo peor que como sociedad nos podría pasar y hay quien lo está intentando.