José Fidel López

José Fidel López


Tabús

01/10/2020

Son diversos los asuntos que de un tiempo a esta parte -y no me refiero a anteayer-, y tras años de un silencio escandaloso, terminaron por salir a la luz. 
Ahí está el mutismo vergonzoso que durante décadas rodeó a la pederastia en la iglesia, hasta que una corriente cada vez más numerosa en la opinión pública empujó para que se conocieran esos lamentables episodios, amén de la valentía de las víctimas de esos abusos eméticos.
O el dolor causado por la banda terrorista ETA en el País Vasco y más allá, un asunto del que apenas se conocía nada, salvo esa lista interminable de muertos de un verdugo cruel y cobarde. Hace unos años, ¿se hubieran podido hacer series como Patria o La línea invisible?
Pero no se crean que estos tabúes afectaban a cuestiones tan espinosas. Ahí tenemos las aventuras y desventuras de un tiempo a esta parte de nuestro emérito monarca, con los ligues que le adjudican y sus millonarios ingresos. Y así hasta el infinito. 
Afortunadamente, instituciones y poderes fácticos están sometidos a una radiografía constante, y no dudo que a veces a modo de cortina de humo. Pero esta sociedad tiene que conocer, saber. Dice mi amiga la escritora y perpetua periodista -quiera o no quiera- Rosa Villada que no se debe a que ahora los medios de comunicación indaguen más o menos, sino que las cosas terminan por salir ya que la sociedad así lo reclama. Y que además, existe mayor arrojo a la hora de poner en la picota a quien corresponda. ¡Menos mal!
P.D. Rosa, enhorabuena por La espesura del bosque.