Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Prioridad absoluta

01/10/2020

En este país siguen pasando cosas, y algunas muy importantes sin duda, pero buena parte de sus gentes miran hacia otro lado y no porque las desmerezcan en su real dimensión, sino porque la terrible pandemia que nos cerca es la que acapara la máxima preocupación y centra la prioridad absoluta. Nada nos atenaza más que la plaga irreductible que ha cambiado, cuando no destrozado en muchos casos, nuestras vidas cotidianas. Por eso, en medio de la estupefacción en la que nos desenvolvemos el común de los mortales, agradecemos signos de pura lógica y sencillo sentido común como que los empresarios de la CEOE se sumen a los acuerdos alcanzados por Gobierno y sindicatos para prorrogar los ERTE hasta el 31 de enero próximo, lo cual demuestra que se toma en consideración el que hoy por hoy la prioridad absoluta debe ser la de afrontar con el esfuerzo común y cuantas medidas sean posibles la crisis sanitaria, económica y social con la que la epidemia nos asola. Prorrogar los ERTE hasta el 31 de enero es además una prueba evidente del realismo con el que inevitablemente hay que chocar ante la situación y sus evidencias.
 A día de hoy está permitido soñar con rápidas y milagrosas vacunas, con la llegada de eficaces tratamientos y remedios sanitarios; pero no vale engañarse, la solución no es previsible que sea rápida ni está cercana. O lo que es lo mismo, de aquí a los cercanos meses, inicio del próximo año, no es predecible que las cosas estén claramente mejor que ahora e incluso pueden seguir empeorando si una minoría de ciudadanos siguen mostrando la irresponsabilidad de la que hacen gala frecuentemente y algunos políticos siguen mostrando su falta de talla.