Pedro J. García

Pedro J. García


El esperpento

07/01/2022

Hemos consumido la primera semana del año y más de uno ya se sentirá culpable por no haber podido llevar a cabo los buenos propósitos marcados para el nuevo año. Si es de los que se propuso aumentar su lectura, les recomiendo Luces de Bohemia, obra de Valle-Inclán, creador del esperpento, un género literario en el que se deforma la realidad. Si es de los que abandona pronto sus propósitos, lo siento por usted por no disfrutar la obra del escritor de la Generación del 98, pero le sugiero una forma más sencilla de adentrarse en el esperpento, que es seguir la actualidad de nuestros ministros. 
El penúltimo capítulo, protagonizado por Alberto Garzón, al frente de Consumo, está sin terminar. Arrancó con interés, dudando de la calidad de algunos productos cárnicos españoles en declaraciones a un periódico inglés y, como es normal, ganaderos y empresas dedicadas a la materia no tardaron en pedir la cabeza del titular de Consumo, uno de los ministerios inventados, como el de Universidades, para colocar en el Gobierno central a la cuota de Podemos. Digo yo que si tú eres el responsable de algo y afirmas, sin rubor, que se está haciendo mal, estás reconociendo que eres un inútil, ¿no?
El esperpento continuó cuando la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, abrió la boca y dijo que Garzón hizo esas declaraciones a título personal, algo que el implicado pronto corrigió, porque dijo que las hizo como ministro de Consumo, que algo de orgullo tiene. Ahora, mientras la resolución del capítulo es ver si dimite o le cesan, sólo falta que comparezca Pedro Sánchez, y diga que Rodríguez habló a título particular. 
Tanto cráneo privilegiado no se puede aguantar.