El debate para que gobierne la lista más votada empieza a parecerse a los ojos del Guadiana, viene y se va cuando las encuestas son favorables a unos y a otros no, aunque siempre pone en el foco la debilidad de argumentos cuando la propuesta sirve para unas instituciones pero no para otras.
Esta semana el debate ha vuelto tras la propuesta –que ya hizo en abril del año pasado– del presidente del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, de dejar gobernar la lista más votada ahora que el CIS le acerca al PSOE en voto decidido. Otras encuestas incluso sobrepasan a Pedro Sánchez en intención de voto. Una propuesta que, como era de esperar a escasos cuarto meses y medio de unas elecciones, se ha trasladado al ámbito autonómico, ya que, como ocurrió entonces, el Gobierno de Castilla-La Mancha quiere que el líder del PP regional, Paco Núñez, se pronuncie y se moje toda vez que parece dispuesto a gobernar con Vox.
El matiz llegó del propio Núñez Feijóo, que aseguraba este miércoles en Cuenca que su propuesta se circunscribe al ámbito municipal. Es decir, que los gobiernos regionales se pueden formar con cuantas formaciones se quiera, que es lo que critica a nivel nacional con las fuerzas independentistas y nacionalistas.
«Tienen que aclararse» le pidió este jueves el vicepresidente del Ejecutivo, José Luis Martínez Guijarro, en «este lío de la lista más votada», porque «parece que es solo donde me interese y donde no, no», recordando que Paco Núñez no descarta esa alianza con la extrema derecha si suma diputados porque entiende que hay una mayoría de ciudadanos que no quiere que Page gobierne.
El propio Núñez se defiende recordando el «pacto de perdedores» del año 2015 entre PSOE y Podemos para  que gobernara Page con la ayuda de José García Molina, al que nombró vicepresidente. «No entiendo por qué Page está con este discurso cuando asumieron la Presidencia de Castilla-La Mancha perdiendo las elecciones. Quizá el PSOE debería explicar por qué gobernó Castilla-La Mancha desde la derrota», dijo desde Fitur.
Para el vicepresidente Guijarro la cosa está clara: «lo que se va a decidir es o que gobierne Page con una mayoría absoluta que de estabilidad, seguridad y certidumbre, o un gobierno de PP y Vox y convierta la política en Castilla-La Mancha como lo que está ocurriendo en Castilla y León».
Ya he dicho en alguna ocasión que este debate me parece hipócrita y una trampa, porque solo se propone cuando beneficia a unos, y donde les beneficia. Pero no se pone sobre la mesa como un gran acuerdo estatal que facilite la gobernabilidad. Si fuera así, apostarían por un modelo como el francés, de segunda vuelta, para que descarte a los partidos menos votados y dejar la elección entre dos únicos candidatos. Eso garantizaría que la fuerza más votada sea la que gobierne, siendo el ciudadano el que elija con quién se queda, y no viendo cómo su voto se diluye en acuerdos a puerta cerrada. ¿Está nuestro sistema y nuestros políticos lo suficientemente preparados?