Ya se han difundido las primeras imágenes del documental en marcha sobre Pedro Sánchez, perdón, sobre la Moncloa. Los responsables del asunto insisten en que no se trata de una hagiografía del presidente sino de un intento honesto por dar voz y eco a los 2700 empleados que "se dejan la piel cada día por conducir la democracia". Sería muy malévolo juzgar un trabajo  que aún no hemos visto, igual que lo sería criticar una película por su tráiler, pero dado que nos han servido el aperitivo, alguna cábala podemos hacer sobre lo que nos espera. Y es el caso que en estos minutos de avanzadilla, el figurante mayor de esos 2700 empleados es Pedro Sánchez, que aparece desayunando, paseando a los perros, departiendo con ministros y homólogos internacionales, filmado de espaldas, de perfiles, en tres cuartos americanos y en pleno movimiento, pues según los rastreadores de sus pasos, el presidente "sabe moverse", cosa de la que nunca habíamos dudado por ser uno de sus estilemas genéticos. Como todavía queda mucho metraje por ver y esto es solo la punta del iceberg, habrá que suponer que los otros dos y mi pico empleados que faltan irán apareciendo en el resto de la filmación aún inédita, así como las tiras de piel de que se van desprendiendo en aras de la democracia, porque en la parte divulgada más que sacrificio o sufrimiento lo que se ve es mucho glamur, mucha vida muelle y sonriente. La serie completa se estrenará el año que viene, año de elecciones, y si nos atenemos a lo poco que hemos visto de ella, debería ser candidata a varios premios Goya, el de actuación, vestuario, fotografía y, si lo hubiere, el de desvergüenza.