Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


La moción de censura

22/10/2020

Vox ha presentado su moción de censura contra el Gobierno de Sánchez. Sus votantes están de acuerdo y jalearían cualquier medida que fuese en contra de ese Gobierno del mal que encarna todas las perversiones demoníacas que ellos le atribuyen. Y hoy se vota en el Congreso de los Diputados esa moción tan legítima como irresponsablemente presentada, por cuanto es sabido que no prosperará y sólo servirá para añadir más leña al fuego de la crispación que nos devora desde hace tiempo, mientras nos consumen las llamas de uno de los momentos más delicados de la pandemia desde que se declarara en el pasado y ya lejano mes de marzo. Pero Vox sabe lo que hace presentando esta censura que no derribará al Gobierno, pero que sí le aportará más desgaste al igual que al primer partido de la oposición, el PP, al que Vox no apunta, pero sabe que de rebote sí le clavará algunos perdigones, amén de generar más enfurecimiento en la vida política española aportando más ruido y enfrentamiento. Y todo ello en un momento en que se acentúa el desapego entre la clase política y la calle, un desapego que se explica y visualiza en la realidad irrefutable de que mientras los españoles siguen atenazados y atemorizados por el invisible, pero palpable enemigo sanitario, en el Hemiciclo nuestros representantes políticos en vez de unir fuerzas para hacerle frente y abatirlo se dedican a sus duelos de salón.
Vox sabe que no ganará esta moción de censura, ni lo pretende; lo que quiere son otros objetivos más inmediatos para rebajar y degradar el pulso político del momento y aumentar la crispación y el ruido en situaciones tan críticas como la presente. Y afirmarse como la derechita valiente.