Habló Pedro Sánchez en el Congreso y dijo: "La ley del sí es sí tuvo efectos indeseados. Y me quedo corto..." Y, ¿qué pasó después? Nada. Ni asumió la responsabilidad que le corresponde como presidente del Gobierno, ni ha dimitido la ministra Irene Montero, artífice de una ley que está permitiendo excarcelaciones y reducciones de penas a delincuentes condenados por delitos sexuales. Montero sigue en su sitio. Y, lo que todavía resulta más asombroso: pese a las 400 rebajas de penas y la treintena larga de excarcelaciones: ¡sigue defendiendo que la ley protege a las mujeres¡

Manuela Carmena definió el empecinamiento de los ministros de Podemos defendiendo esta ley como un caso de "soberbia infantil". Se quedó corta a la hora de describir lo que va camino de ser algo más que soberbia. En el debate en el Senado la ministra de Igualdad volvió a echar la culpa los jueces por las reducciones de penas y las excarcelaciones. Su arrogancia, fruto sin duda de una ignorancia encallecida, va más lejos de lo tolerable en una sociedad democrática avanzada en la que resulta capital la separación de poderes y exigible el respeto entre quienes los representan.

Y todo esto sucede cuando el PSOE ha presentado una proposición para proceder a cambiar la ley y cuando ¡por fin! un miembro del Gobierno, en este caso la ministra de Justicia, Pilar Llop, asume la responsabilidad de la reforma tras reconocer las consecuencias nefastas de la norma en vigor. Norma que fue aprobada en Consejo de Ministros y que, por lo tanto, tiene responsables conocidos. Llop admite y rectifica, Montero, no. Sigue sin reconocer su error.

Aún sabiendo que el interés primordial de Pedro Sánchez es mantenerse en La Moncloa y que para seguir necesita a Podemos, cuesta entender que mantenga en el Gabinete a una persona obcecada hasta el punto de no querer admitir que su ley sigue provocando alarma social y dolor en las víctimas que fueron objeto de abusos.

Dicho que el PSOE, urgido por las encuestas y ante el temor de que pueda continuar el goteo de excarcelaciones, haya presentado una proposición de ley para cambiar la ley, podría darse la paradoja de que prosperara merced a los votos del PP porque Podemos sigue apoyando a Montero. Como observador de la cosa pública, siente uno curiosidad por saber qué hará la ministra de Igualdad dentro de un mes, el próximo 8M. ¿Se atreverá Irene Montero a encabezar la manifestación feminista tras el escándalo de las excarcelaciones que ha propiciado su ley?