Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


El alguacilillo de Genoveva

31/08/2021

Este jueves, ese histórico Teatro Circo que espera a que se impulse políticamente su candidatura a patrimonio mundial de la Unesco, volverá a convertir su singular pista central de circo en un improvisado ruedo de palabra y también de música con la formación que dirige el gran maestro Alberto Nevado. Y digo que volverá a ser ruedo, porque ya lo fue cuando acogió con éxito el único congreso internacional de tauromaquia de la historia, que tanto Fernando Benzo como Marcial Marín, con la ayuda del eficaz Rafa Marcos, organizaron a la perfección. Este jueves, tras el parón pandémico, vuelve el pregón de la Feria taurina 2021 a cargo de una pregonera de lujo como Genoveva Armero. Tuve el honor de ser el último pregonero. Y habiéndolo sido de la Feria y de la Semana Santa, el pregón taurino, confieso, me inundó de emoción como apasionado aficionado a la tauromaquia. Sé cómo debe sentirse de ilusionada la nueva pregonera. No dudo que saldrá a «hombros» y con las orejas en la mano. Es buena aficionada, pues desde muy niña le circula el toreo por su sangre paterna. Si como responsable policial está llamada a consolidar una carrera brillante, como presidenta no se queda a la zaga. Primero, porque piensa en los derechos del aficionado y, luego, porque sabe que la categoría de plazas como Albacete se defiende desde el palco. Precisamente por ello, el taurinismo le dio duro el último año. Uno es partidario de esta clase de presidentes, como lo fui del recientemente fallecido Luis Espada en Madrid (quien dos tardes me subió con él a presidir en Las Ventas), o de Constantino, Natalio, Eutimio o de mi amigo Coy. Prefiero policías en los palcos y no aficionados o políticos. Genoveva me ha pedido que la presente el jueves. Es un honor. Hay algo que nos une y que ella me descubrió hace poco y que entronca con mi padre, su madre y con su propia vida. Saldremos el jueves a la pista de mi amado Teatro Circo como un veterano alguacilillo, a despejarle elocuentemente el ruedo de la palabra a Genoveva, para que ella pregone con orgullo que vuelven los toros a Albacete. Suerte y al toro.