Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Promesas sin dinero

14/02/2023

A medida que pasen los años y se produzca el verdadero empoderamiento de la ciudadanía: asumir con responsabilidad la decisión del voto y sentirse los verdaderos jefes de la clase política, quedará al descubierto todo aquel que les venda humo al aproximarse las elecciones y manipule el lenguaje para engañar. Les emplazo a dentro de unos años, ojalá que no sean muchos, para ver cómo uno de los temas que no se perdonarán al PSOE en ningún sitio de España es el intento de sesgar el debate, de manera sostenida e ininterrumpida, acaparando la defensa de los derechos sociales, económicos y culturales.
El Partido Popular lo repite: la creación de empleo y la dinamización económica es la única llave para abrir la puerta a mejorar las prestaciones y a los nuevos derechos. El mantra de un mal político es predicar sobre la defensa de los derechos sin que digan lo principal a la población: cómo los van a pagar. Al menos Unidas Podemos dice que le quitarán el dinero a la del Santander o al de Mercadona (¡qué soñadores!). La frustración que se provoca en la ciudadanía con continuos anuncios de prestaciones sociales que nunca llegan o se aplazan a modo de chantaje a cambio de un voto en las próximas elecciones, va a constituir la principal causa de desafección del votante hacia los políticos que sigan en la dinámica del siglo pasado (de prometer y olvidar).
No estaría mal que, a cada proclama sobre promoción de derechos sociales, el votante preguntara: '¿Y el anillo p'a cuándo?'. Es decir, en lenguaje de nuestra tierra: ¿De dónde sacáis el dinero para esta fiesta, hermosos? Y ¿En qué momento concreto? Cada persona tendrá que valorar si es de recibo que en todas y cada una de las intervenciones, de todos y cada uno de los centenares de cargos públicos del PSOE se repita que el PP recortó derechos y que ellos, primero los trajeron y luego los recuperan. La verdad, inapelable, absoluta e incontestable es que cualquiera que llegue a un gobierno y se encuentre la caja vacía y las deudas acumuladas, tiene que hacer encaje de bolillos para mantener lo básico. Y la verdad, inapelable, absoluta e incontestable es que la gente antes de votar debe saber que este mundo en el que vivimos es como es, y que los derechos prestacionales cuestan dinero. Tenemos derecho a votar, pero tenemos la obligación de hacerlo como personas adultas: hombres y mujeres que saben que detrás de las palabras han de esconderse hechos y que detrás de una prestación hay una deuda.

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