Antonio García

Antonio García


El Arco del Triunfo

20/09/2021

El Arco del Triunfo parisino ha sido empaquetado en 25.000 metros cuadrados de tela plateada de poliproleno reciclable y permanecerá así hasta el próximo 18 de octubre, a la vista de sorprendidos caminantes y turistas. Lo que en otra situación hubiera constituido un atentado contra el patrimonio, se presenta ahora como un triunfo del arte contemporáneo, un gesto póstumo del artista belga que lo ideó, Christo, que para hacer honor a su nombre ha resucitado simbólicamente pasados los tres días de rigor. Hay artistas visionarios que no se conforman con manipular materiales en su estudio sino que intervienen los que son de dominio público. Unos dinamitan montañas, alterando el paisaje natural, y otros envuelven monumentos, como si fueran productos para regalo. La prueba de que son artistas es que pueden pasarse por el arco del triunfo la legislación vigente y no se les piden responsabilidades igual que se hace con grafiteros o con organizaciones reivindicativas cuando cuelgan banderas y sábanas en las fachadas de edificios emblemáticos. Entre el acto vandálico y el acto performativo hay una línea muy delgada que sólo los muy listos son capaces de distinguir. Habrá que convenir en que si cubrir un edificio público de trapos es una manifestación de arte también lo serán las restauraciones de viviendas antiguas que al fin y al cabo recurren a los mismos elementos: plásticos protectores sostenidos por un andamio. Bajo ese supuesto las empresas rehabilitadoras deberían disfrutar del mismo reconocimiento del artista genial, merecedoras como ellos de un hueco en las historias del arte y del aplauso emocionado de los viandantes.

ARCHIVADO EN: Arte, Empresas, Patrimonio