Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Pitar a Busquets

01/11/2022

El pasado miércoles, cuando el Barça se despedía por la puerta trasera de la Liga de Campeones, una de los momentos más dolorosos del día se vivió en la sustitución de Sergio Busquets: buena parte de la grada le despidió con pitos. Era el minuto 58 del (quizás) último partido del 'cinco' en Champions con la camiseta de su vida, ya que vio una amarilla que le impedirá jugar en Pilsen esta semana… y los rumores sobre su salida a final de temporada son cada vez más fuertes. Pitar a Busquets en el Camp Nou debería estar prohibido, pero ahí estaba la música de viento, aguda y punzante, castigando su trote hacia el banquillo. «¡Está acabado!» o «Ya no le alcanza para la élite» fue lo más suave que se escuchó en la noche de autos y en la amarga resaca del jueves, donde se respondían solas las dudas: está tan acabado que el único marcaje individual que ordenó Naggelsmann (Bayern) fue contra Busquets, y le alcanza tan poco para la élite que Xavi y Luis Enrique (como Del Bosque o Guardiola, por citar otros dos técnicos en un pasado más glorioso) no lo sacan del once titular ni con disolvente. Será por algo. 
En Valencia volvió a ser titular. Y de nuevo fue el sostén de un Barcelona lógicamente deprimido, que se plantó en Mestalla con muchos boletos para perder… pero logró incluso salir reforzado. Y durante los 55 minutos que estuvo sobre el campo, Busquets (34 años) impartió otra lección de fútbol control, de mejorar cada pelota que pasaba por sus botas e incluso de compañerismo y profesionalidad, ayudando a Piqué con los cordones de las botas cuando Koundé se lesionó y el central catalán no estaba preparado para saltar. Pitar a alguien así, atento al mínimo detalle (incluso en el banquillo), después de 730 partidos y 21 títulos con el club, da que pensar.