Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


Europa da un respiro a Sánchez

28/03/2022

Tras una sesión larga y ardua, el Consejo Europeo abrió la puerta a que España y Portugal puedan adoptar medidas especiales a fin de rebajar el precio del gas en sus respectivos mercados. Una decisión que alivia el horizonte complicado al que se enfrenta Pedro Sánchez pero que no supone más que un trámite temporal y todavía por concretar. El presidente del Gobierno español logró en parte su objetivo, es decir, que Moncloa pudiera disponer de medidas para frenar el alza de precios de la energía al disparar los precios de gas y electricidad. Una medida razonable si se piensa que la Península Ibérica está muy alejada de los parámetros con los que se maneja el mercado eléctrico en el resto de Europa.
Sánchez ha evitado un 'match ball' en Bruselas pero todavía ha de elaborar un plan para concretar lo aprobado este fin de semana, que, además, deberá recibir el visto bueno de la Comisión Europea. Es evidente que el equipo de Gobierno se ha manejado con escasa habilidad a la hora de afrontar este enorme problema energético, sus efectos ya se detectaron desde meses antes de la invasión de Ucrania. Nadie se cree que toda la culpa de nuestros males pasa por Putin. Hay un Gobierno ineficaz que miró hacia otro lado conforme subía y subía el precio de la energía, de los combustibles, hasta desembocar en este mes de marzo en el que la paciencia de la sociedad ha dicho basta. Quizás pueda Sánchez poner algún remedio a la subida desatada de los precios, pero es evidente que le resultará muy difícil convencer a una población agobiada por los recibos, desesperada por el desabastecimiento, sin demasiadas esperanzas en el futuro y con unas previsiones de que buena parte de los males que nos achacan no se van a resolver pronto. Es más, España es el único país de Europa que no ha logrado recuperar la situación económica a los niveles que tenía antes de la pandemia. Y parece que no lo hará al menos hasta el año próximo.
Un país con una deuda desmesurada, un crecimiento menguante, una confianza en decadencia y un Ejecutivo que ya ha perdido buena parte de su escasa credibilidad y que no atina con la fórmula de hacer frente a la situación más complicada conocida por nuestro país en los últimos años. La gente se pregunta: ¿por qué si países como Francia, Alemania, Italia, Polonia, han podido tomar medidas para rebajar impuestos sobre el combustible, en España no se ha dado un paso en esa dirección? La paciencia se ha desbordado. El acuerdo de Bruselas es un chaperón para seguir un tiempo, breve, adelante. Pero no servirá para calmar las aguas de una sociedad que ya ha asumido que cuando las cosas se ponen muy feas no tiene a quién mirar, carece de un clavo al que aferrarse. Sánchez se empleará a fondo en una campaña para recuperar su imagen, esa gran obsesión. Pero las cosas, evidentemente, ya no le funcionan como antes. Se le acabó el rédito. Llegan tiempos de cambio.