José Juan Morcillo

José Juan Morcillo


El bálsamo de Justo

14/04/2021

Ya me andaba yo desde hacía unas semanas con ciertas molestias derivadas, eso creo, de la fatiga pandémica, de la toxicidad mediática y de la poca actividad física cuando, tomando un almuerzo con Justo, mi vecino, vino él a iluminarme con un remedio que aprendió de su padre y aquel del suyo, un remedio manchego, me aseguró, que te limpia la sangre, te alivia los intestinos y te eleva el ánimo. Los ingredientes son tan humildes como sus orígenes: ocho cabezas de ajo y un cuartico de aguardiente. Pélalos primero y con la batidora los trituras, y vas echando el aguardiente despacio, como si fueras a hacer alioli, pero tú despacico, que las prisas no son buenas en cocina. Justo ha sido toda su vida cocinero, y sabe de recetas que no se ven en las cartas de los restaurantes. Cuando trabajaba por la zona de Castellón        -me contó un día- iban a comer a su restaurante políticos, actores, escritores y hasta futbolistas. Algunos incluso viajaban desde Madrid y Valencia solo por probar sus platos.
Y cuando lo tritures todo, Jose, déjalo macerar unos diez días, y luego lo cuelas con gasas, y al final lo aprietas bien para que salga todo el líquido. Seguí los pasos, y el bálsamo, que en los primeros días de maceramiento en el frigorífico era del color de la horchata, fue tornándose en una sustancia más espesa y glauca hasta que, al décimo día, adquirió un esotérico tono turquesa. Justo me dijo que aquellos cambios de color son normales por el germen del ajo, que sigue vivo. Algo parecido se vendía antes en las farmacias, le oía yo con cierta incredulidad mientras lo decía, pero ahora no lo encuentras porque no se hace. Cuando lo tengas, me recordó, tómate una cucharilla en ayunas antes de cada comida, y si ves que no te gusta el sabor échasela al café o en un vaso de agua. Pero siempre en ayunas.
Lo cierto es que ya llevo seis días aplicándome el lenitivo y he de confesar que respiro mejor, que siento el ánimo rejuvenecido como si Mefistófeles me hubiese visitado y que las audiencias en el trono son más serenas, agradables y placenteras. Dentro de un mes voy a parecer un chaval.