La epidemia del Covid-19 enfrenta a los municipios albacetenses con un verano lleno de incógnitas, para el que varios de ellos ya han acordado suspender sus programaciones culturales y deportivas o no abrir piscinas municipales, algunos de los atractivos que suelen ofrecer a quienes regresan esos días a sus lugares de origen y aumentan la población estacional del medio rural.

Por ejemplo, el Ayuntamiento de Alcaraz se sumaba ayer a esa tendencia e informaba de la «decisión comarcal de suspender fiestas populares y piscinas municipales» por «seguridad y prevención». Según su publicación, secundarán la medida todos los municipios de la Sierra de Alcaraz para evitar aglomeraciones y porque «se ha considerado preciso amortizar el dinero que suponen estos gastos en cosas realmente necesarias».

El caso de los festejos, parece que esa va a ser la tónica generalizada para todo el año y que no habrá actos multitudinarios. Mientras, para las piscinas, hay más dudas y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) elaboraba recientemente un documento con el que emplazaba a los ayuntamientos a estudiar sus opciones de abrirlas, con las pertinentes medidas de seguridad, dado que la entidad entiende que esas instalaciones, municipales o privadas, «serían una actividad importante para la vuelta a la normalidad y para el alivio social y psicológico de nuestras vecinas y vecinos tras el confinamiento».

Con el objetivo de que las entidades locales conozcan las medidas a tomar, la FEMPdistribuyó recientemente una guía con las instrucciones recopiladas por el Ministerio de Sanidad para «minimizar el potencial de transmisión de Covid-19 y proporcionar un ambiente seguro y saludable en estas instalaciones». El documento se podrá actualizar, ya que de momento está adaptado a la normativa de las fases de desescalada, y su finalidad es «proporcionar normas para el uso de las instalaciones de piscinas» y «definir procedimientos sencillos de limpieza y la desinfección de instalaciones para garantizar unos niveles adecuados de protección de la salud».

La guía hace especial hincapié en la efectividad del distanciamento social y, de forma orientativa, se propone «doblar la superficie por persona en los espacios al aire libre y triplicarla en los espacios cubiertos».

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